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La dama sale de la crisálida: la última metamorfosis del ajedrez
Categories: Ajedrez, Historia, Juegos

Diu que la reyna vagie axi com tots, sino Cavall

 

La dama es la pieza más joven de todas y la que marca el nacimiento del ajedrez moderno, tal como lo conocemos hoy. Su aparición se produce en la España de Isabel la católica, pero viene fraguándose ya unos siglos antes, con la aparición del amor cortés en la Europa de Leonor de Aquitania. Al igual que el amor cortés transformará todo el panorama literario y cultural europeo redefiniendo las relaciones entre hombres y mujeres, la dama redefinira las relaciones entre las piezas y transformará por completo las leyes del tablero. Veamos cómo se produce este cambio empezando nuestra andadura en el Shatranj: la modalidad de ajedrez que los moros introdujeron en la Península Ibérica.

De los persas a los árabes

Jugadores árabes de Shatranj
Jugadores árabes de Shatranj

Con el surgimiento del Islam el ajedrez tuvo la mayor expansión que había conocido jamás. Los árabes lo tomaron de los persas cuando les conquistaron y lo convirtieron en un arte.

Shatranj: Tabiyat y salto de rey

La primera vez que jugué con un árabe, hizo con una rapidez increíble 10 ó 12 jugadas seguidas sin atender á mi juego: sorprendido, le pregunté cuándo me tocaría jugar:— ¿Qué esperáis?— me contestó admirado.

Esta afirmación de un sorprendido occidental nos da una idea de cuán desconcertante nos resultaría jugar al ajedrez que se practicaba en la época de Alfonso X el Sabio. El Shatranj introducido por los moros en Europa, procedente de persia y, según los Persas, originado en el Chaturanga indio, conservaba aún los movimientos de las piezas del Xianqi tal como los vimos en el artículo correspondiente al Ajedrez Chino. Ya vimos que esos movimientos tienen su origen sobre el tablero de tres en raya (de 3×3). Pero el Shatranj se jugaba sobre un tablero igual al del ajedrez actual (8×8 casillas. Eso si, todas ellas del mismo color). De ello se deduce que transcurría un buen número de jugadas antes de que las piezas de los adversarios se encontraran y comenzase la batalla. El Shatranj, por tanto, al igual que sus antecesores, era un juego lento en el que los jugadores tenían tiempo de sobra para colocar sus piezas a placer sobre el tablero antes de que entraran en batalla sin necesidad, durante este proceso, de someterse a amenazas de piezas enemigas. Esta lentitud se convirtió en una de las principales preocupaciones de los jugadores musulmanes, que se obsesionaron con dar mayor dinamismo al juego. Para ello, introdujeron una serie de trucos que permitían jugar partidas con mayor agilidad: Las tabbiyat y los saltos iniciales de pieza. Éstos últimos no llegaron a practicarse en el juego profesional, pero se hizo muy popular entre los aficionados y era ampliamente practicado. Estos dos trucos acabarían, en la España renacentista, por dar lugar a transformaciones profundas en las reglas del juego confiriéndole el dinamismo que los moros habían buscado durante siglos.

Tabbiyat: Como se ha dicho, el Shatranj era un juego lento cuyo inicio consistía en colocar las piezas en el mejor emplazamiento para entrar en batalla. Esta era la parte aburrida del juego, sobre todo porque las mejores configuraciones de piezas eran conocidas por todos y tenían incluso nobres propios tan llenos de imaginación como La espada, Las piedras del Faraón o Apertura de flanco. Así que los jugadores se limitaban a realizar jugadas aprendidas de memoria y pronto empezaron a jugar sin respetar los turnos hasta el momento de entrar en batalla.  Cuando un jugador terminaba de colocar sus piezas esperaba que el contrincante hiciese lo mismo y sólamente entonces empezaba el juego respetando los turnos alternados.

Apertura Mujannah - Mashaikhi. Normalmente en la apertura los jugadores de shatranj trataban de alcanzar una posición específica o tabiya.
Apertura Mujannah – Mashaikhi. Normalmente en la apertura los jugadores de shatranj trataban de alcanzar una posición específica o tabiya.

De este modo los primeros 2 movimientos de ambos jugadores se realizaban en poco más de un minuto.

Saltos iniciales de pieza: Hemos visto en otra parte cómo existen dos tipos de pieza: las de largo alcance y las de corto alcance. Para ganar rapidez en el desarrollo de las piezas, los aficionados que no hubiesen memorizado un repertorio de tabbiyat recurrían a otro truco: el su primer movimiento, las piezas de corto alcance podían mover como una pieza de largo alcance. Es decir:

1.-El rey: Podía mover dos casillas horizontales, verticales o diagonales. En ocasiones también se permitía el movimiento del caballo.

2.-La alferza: Podía hacer lo mismo tanto en su primer movimiento como en su primer movimiento tras la coronación de un peón (al convertirse éste en alferza tras llegar a la octava fila).

Esta regla no la aplicaban los moros (como si harían posteriormente los Españoles) a los peones, con lo que podemos suponer que los árabes tenían plena conciencia de que la naturaleza del peón era distinta a la del resto de las piezas.

Vemos pues que existían dos modos de dinamizar el juego: uno practicado por las élites (las tabbiyat) y otro por la masa de jugadores aficionados (los saltos iniciales de pieza). Y veremos a continuación cómo la revolución que llevó a la creación del ajedrez moderno no la llevaron a cabo jugadores de élite, sino un conjunto de aficionados que, pese a tener una comprensión menos profunda del juego (o precisamente por ello) lograron darle una agilidad jamás vista en ninguna variante anterior. Por eso al ajedrez moderno los italianos le pusieron el nombre de ajedrez alla rabiosa (ajedrez rabioso) y los franceses Echecs de la dame enragee (de la dama enloquecida). Pero ¿de dónde venía la locura de la dama?

La estampida de los elefantes.

La locura es contagiosa. Antes de que la dama enloqueciera, se produjo un fenómeno que explica porqué la dama empezó a comportarse del modo en que lo hizo: los alfiles abandonaron su lento paso de elefante y empezaron a recorrer el tablero como en una estampida. El alfíl debe su nombre a los persas. Al-fil significa en persa elefante. El movimiento de esta pieza se había mantenido invariable desde los tiempos del Chaturanga y el Xianqi. Sin embargo, al pasar a la Península ibérica, el alfíl sufrió una transformación similar a la que ya había sufrido la torre al pasar de China a la India: la idea de pieza de larga distancia se ajustó al tablero de 8×8 y el alfíl dejó demover dos casillas en diagonal para moverse libremente a lo largo de toda la diagonal que ocupaba. El alfíl pasó a francia con el nombre de fou (loco) y es la primera noticia que se tiene de la locura que iba a invadir los tableros de ajedrez europeos.

Lo que verdaderamente ocurre  es que se produce un cambio en la idea de pieza de largo alcance. En el shatranj, como en el Xianqui o el Chaturanga, se adoptaba un criterio de adyacencia: Las piezas de corto alcance son las que mueven a casillas adyacentes, las de largo alcance son las que saltan casillas. Sin embargo, entre las piezas de largo alcance existía una, la torre, cuyo movimiento cortaba el tablero como un hachazo. A diferencia del alfíl o el caballo, que solo saltaban una casilla, la torre podía saltar cuantas quisiera, siempre que no quedara bloqueada por otra pieza. Esto implicaba también que cuanto mayor fuese el tablero, más casillas cubría la torre. Este movimiento era distinto a todos los demas, que se mantenían invariables fuesen cuales fuesen las dimensiones del tablero.



 

Y es precisamente el movimiento de la torre el que inspirará el nuevo movimiento del alfíl. La élite ajedrecística musulmana conocía y respetaba demasiado el juego como para alterar el movimiento de las piezas. Eso sería algo tan impensable como el que mañana la FIDE anuncie que se modificará el movimiento del peón. Pero las masas de jugadores mediocres y, sobre todo, los aficionados del mundo cristiano carecían de una élite ajedrecística. ¿Qué les impedía alterar las normas del juego para lograr ese dinamismo que tanto ansiaban los musulmanes?. Si la torre podía cortar el tablero como un hacha, ¿acaso no podía el alfíl cortarlo como un cuchillo?. Efectivamente, si en vez de mover el alfíl dos casillas en diagonal se le permitía ocupar toda la diagonal, el juego adquiría un ritmo rabioso y agresivo.

Movimiento del alfíl en el Shatranj
Movimiento del alfíl en el Shatranj
Nuevo movimiento del alfíl
Nuevo movimiento del alfíl

Aunque jugar el alfíl de esta manera producía ciertos desajustes en el juego (ya no se podía jugar como antes, las Tabiyyat conocidas ya no servían y el Rey apenas tenía tiempo de ponerse a salvo en caso de recibir un ataque relámpago) que hacían que el juego perdiese profundidad estratégica, hay que reconocer que la nueva modalidad de ajedrez tenía una idea de largo alcance más coherente que sus predecesores. El criterio de adyacencia deja de tenerse en cuenta y las piezas de largo alcance dejan de representar saltos para representar ejes. Los conceptos orientales de fuerza llena y fuerza vacía pierden importancia y la ganan conceptos como el de convergencia de líneas de ataque. Como se verá más adelante, el ajedrez moderno se vuelve mucho más táctico, más pendiente de las jugadas a corto plazo que de la estrategia a largo plazo. Es decir, para ganar dinamismo, el ajedrez europeo renuncia a la profundidad estratégica. Y no se recuperará de esa pérdida hasta la llegada de Philidor (17??)y empiece un proceso que desemboca en la escuela hipermoderna de principios del siglo XX.

 

 

 

 

De todos los problemas que se producen con el cambio, el más molesto es la notable pérdida de valor de las piezas de corto alcance (entre las que esá incluída ahora el caballo) y, en especial, de la Alferza.

Es curioso observar que, aunque sólamente ha cambiado el movimiento de una pieza, las relaciones entre todas ellas quedan afectadas. En primer lugar, el caballo (que conserva su movimiento original), deja de ser una pieza de largo alcance, pues no representa ningún eje, y ya no puede ser la pieza de largo alcance complementaria del Rey. Asímismo, la Torre deja su ambiguo papel de pieza de corto y largo alcance según las circunstancias y es, definitivamente una pieza de largo alcance, al igual que el alfíl. De este modo, la únic pieza de corto alcance que puede realizar movimientos ortogonales es el rey, pero existen dos piezas de corto alcance que mueven en diagonal: el propio rey y la alferza. Para agravar la situación, la alferza no hace nada que no pueda hacer el alfíl, así que su valor sobre el tablero es prácticamente nulo. Esto no sería un problema tan grave si no fuese porque convertirse en alferza al llegar a la última fila era la única razón estratégica para mover los peones. Es decir, con el nuevo movimiento del alfíl las únicas razones que pueden existir para mover un peón son tácticas.

Como puede verse, los problemas más graves señalan, como dedos acusadores, al escaso valor de la alferza, así que existen dos opciones: suprimirla definitivamente (pero entonces se rompe la hermosa simetría que caracteriza el juego) o buscarle otra función.  Y esto último fue exactamente lo que ocurrió en España (unos dicen que en Valencia, otros que en los círculos universitarios de Salamanca) hacia 1490. De pronto la Alferza aparece transformada en una nueva pieza: la Dama, que parece ser el complemento de largo alcance del caballo (igual que antaño el caballo lo era del Rey). El movimiento de esta nueva pieza aparece descrito del siguiente modo: la reyna vagie axi com tots, sino Cavall (La reina puede moverse como cualquier pieza excepto el caballo) .


Ahora los peones vuelven a tener un buen motivo para avanzar hacia la última fila: transformarse en Dama, la pieza más poderosa que jamás haya pisado el tablero. Si con el nuevo movimiento del alfíl el juego ya se había agudizado, con la aparición de la dama se convierte en una auténtica locura. Los ataques fulminantes al Rey están a la orden del día y un único descuido puede costarnos la partida entera. Con la dama sobre el tablero, pobre del que cometa un error. Y aún sin cometerlo, resulta complicado mantener al Rey a salvo.

La ventaja blanca y el enroque

Ahora que el ajedrez por fin tiene el ansiado dinamismo buscado durante siglos aparece un nuevo problema: A los jugadores de negras les resulta casi imposible acabar con la ventaja que tienen las blancas por ser las primeras en mover. En el Shatranj, precisamente por su falta de dinamismo, esa ventaja quedaba disipada (esta era una de las funciones de las Tabbiyat: adoptar posiciones equilibradas para ambos bandos)

Ya hemos dicho que el nuevo ajedrez no lo inventan las élites, sino un conjunto de aficionados que, a pesar de tener una comprensión menos profunda del juego que los árabes, contaban con una serie de recursos como el salto inicial que permitían disfrutar de un juego dinámico sin necesidad de memorizar complicadas tabbiyat. Y precisamente de ese recurso, destinado en principio a acelerar el juego, nacerá el enroque, destinado a alejar al rey de ataques prematuros.

El objetivo del enroque es poner a salvo al rey lo más rápidamente posible. En su posición inicial, en las columnas centrales del tablero, el rey está muy desprotegido, ya que son precisamente los peones centrales los que más razones tienen para avanzar al principio de partida (para desbloquear el camino de los alfiles propios). Al moverse estos peones, surgen multitud de debilidades alrededor del rey que el enemigo puede aprovechar para atacarlo, así que lo más conveniente es llevarse al rey a uno de los flancos, donde los peones aún mantienen su formación inicial y son una barrera casi inexpugnable. Ahora bien, llevarse el rey al flanco requiere demasiadas jugadas y exponer al propio rey en su recorrido, en el que puede ser cazado por el oponente. Es decir, no solucionamos el problema. Por eso, permitir aquí los saltos iniciales de pieza puede ser muy ventajoso.

¿Pero en qué consiste exactamente el enroque?

El enroque no tiene gran antigüedad. Es obvio que este complejo y distintivo movimiento del ajedrez moderno no nació en un día, se desarrolló gradualmente de siglo en siglo con la evolución misma de las normas del juego.
En el juego indio del Chaturanga (preajedrez) no se encuentran rastros del movimiento, tampoco los hay en el Shatranj árabe.
Los primeros rastros de algun inusual o excepcional movimiento fueron hechos por el Rey, a partir de los cuales el enroque evolucionó, esto se encontró en el ajedrez medieval europeo, el cual en sus primeras etapas pudo ser descrito como una modificación del Shatranj pero dando una mayor movilidad a las piezas. Una fuente histórica atestigua esta primera evolución del juego, se trata del trabajo del monje lombardo Jacobus de Cessolis, donde se registraban las normas que gobernaban los movimientos individuales de las piezas en ese tiempo. En esta obra se establece que el Rey, la Reina y los Peones tienen derecho a hacer un inicial movimiento de dos cuadros además del normal. Desde esta temprana reforma , el doble paso de apertura de los peones ha sobrevivido hasta nuestros días; mientras que en el caso de la Dama se volvió obsoleto cuando le fueron dados sus actuales movimientos, durante la gran reforma del juego al final del siglo XV; en el caso del Rey fueron alterándose sus desplazamientos evolucionando hasta llegar a la forma actual del enroque.
Hay extensa confirmación sobre la introducción del movimiento del Rey de otras fuentes después de Cessolis, aunque las condiciones pariculares que lo gobernaban variaban. La forma más frecuentemente recordada es en la que el Rey mueve como el caballo, con la limitación de no poder sobrepasar la segunda fila. La siguiente forma hizo su aparición en Italia, incluyendo ya un movimiento de torre en el mismo desplazamiento, vislumbrándose ya el enroque ( un paso muy cercano al actual). El uso del Rey como salto de caballo desaparece en este momento y las normas establecen que el Rey es libre de moverse de e1 hacia g1 o h1 y la torre de h1 hacia f1 o e1. Este tipo de “enroque libre” o “enroque italiano” se usó en Italia hasta el siglo XIX, cuando fue superado por las normas actuales introducidas en Francia durante el siglo XVIII”

Así, a lo largo de los años, lo que en origen eran dos movimientos: un movimiento de torre sumado al salto inicial del rey, se funden en un único movimiento: el enroque (el único en el que se mueven dos piezas al mismo tiempo.

Si queremos llevarnos al rey al flanco de Dama realizaremos un enroque largo. Si, por el contrario, queremos llevarnos al rey a su propio flanco (que es lo más usual) realizaremos un enroque corto.

Enroque cortoEnroque largo 

Enroque largo

 

 

Enroque corto

Al permitir el enroque poner a salvo al rey en un solo movimiento, los ataques relámpago se vuelven mucho más difíciles y las negras tienen, de nuevo, la posibilidad de igualar la ventaja de las blancas antes de entrar en batalla. De este modo ase recupera parte de la profundidad estratégica que se había perdido con el nuevo concepto de largo alcance y el ajedrez moderno alcanza un equilibrio y una simetría cercanos, si no iguales, a sus antecesores, el shatranj, chaturanga y xianqi.

Será este el ajedrez que tomemos de referencia en adelante. Pero no debemos olvidar que muchas de las razones para el comportamiento del tablero y de sus piezas se ocultan en el tiempo y en la historia. Para una comprensión profunda del espacio estratégico (la esencia del ajedrez) nos será de mucha ayuda tener presentes las similitudes y las diferencias entre el ajedrez moderno y sus predecesores, así como otros juegos de estrategia que se basan en los mismos principios, como el tres en raya, el latrunculi, liubo, Talfl, etc. Todos ellos tratan de representar el espacio estratégico mediante la lucha, del mismo modo que la pintura trata de representar el espacio visual mediante la perspectiva, la escultura trata de representar el espacio mediante el volumen y la música el espacio sonoro mediante las relaciones acustico-temporales. Y al igual que todas estas artes tuvieron sus Da Vinci, Miguel Angel o Bach, la historia del ajedrez moderno está sembrada con sus propios genios, como Ruy Lopez, Philidor, Steiniz, Capablanca, Nimzowisch, Bobby Fisher, Kasparov y tantos otros. Para conocer el fascinante arte del ajedrez habrá que conocer tambien su desarrollo y su historia.

Sin embargo, tras esta revolución que dio lugar a la Dama, las normas del juego han permanecido inalteradas. Es hora ya de entrar a fondo en el funcionamiento del juego.

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